Este blog está destinado para comprender el uso de las tecnologias de la informacion y comunicacio (TIC) a través de la lectura del mismo
miércoles, 10 de noviembre de 2010
A ser docentes en contextos no formales de la educación
jueves, 4 de noviembre de 2010
Materiales educativos y didácticos
Los materiales educativos son textos en diversos soportes que se utilizan para ampliar las fuentes de información en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Ejemplo: la televisión, la radio, el globo terráqueo y el diario clarín. Todo material educativo debe ser absolutamente completo a la hora de entregar la información necesaria que la docente requiere y el alumno exige.
Todo material educativo debe ser absolutamente completo a la hora de entregar la información necesaria que la docencia requiere y que el alumno exige. Es preciso abastecerse del material educativo adecuado que resulte ser un aporte en la educación y enseñanza de quienes requieren aprender. Debe ser llamativo, intrigante, legible, variado, de tamaño apropiado, significativo, vinculado a la semiótica y basado en los aportes de las teorías del aprendizaje.
El material educativo esta destinado a los docentes, su objetivo es que los maestros tengan claro que es lo que tienen que enseñar; en otras palabras, buscan fijar la intencionalidad pedagógica. El interés de los materiales educativos no sólo deriva de lo contenidos que proponen, también depende del ámbito en el que éstos son leídos. Para analizarlos debemos tener en cuenta tanto lo que el texto dice, o sea, la emisión, como también la recepción, lo que el usuario de ese material comprende sobre el tema y el contexto de uso.
Los materiales didácticos son textos especializados que requieren instancias de intervención y cumplen con un determinado fin, como apoyar el desarrollo en aspectos relacionados con el pensamiento, el lenguaje oral y escrito, la imaginación, la socialización, el mejor conocimiento de si mismo y de los demás . Ejemplo: juegos, revistas preescolar, billiken, ábaco y laminas. El material didáctico facilita la enseñanza de un aspecto específico, constituye una ayuda o elemento auxiliar en el proceso de aprendizaje.
En estos materiales intervienen distintos actores que portan saberes específicos tales como: diseñadores gráficos, correctores de estilo, expertos en contenido, programadores informáticos, etc. El material didáctico es un texto que se produce desde otros textos preexistentes, es decir, uno de sus rasgos principales es la intertextualidad: incorpora una variedad de elementos como poseías, mapas, cartas, etc.
Las competencias que deben desarrollar un profesional de la educación y las nuevas tecnologías en el análisis de estos materiales son:
Dimensión técnica: se refiere a la programación de los materiales didácticos. Vincula al tipo de software e incluye un abanico de posibilidades en términos de los soportes, interacciones y de los recorridos posibles. Un profesional del campo de la educación y de las nuevas tecnologías debe saber evaluar que el material sea de fácil instalación, que posee instrucciones claras de cómo comenzar a utilizarlas.
Dimensión del diseño: incluye dos espacios de actuación relacionados: el diseño grafico y el diseño de información. En la primera categoría se incluye la selección de colores, las tipografías, etc. En la segunda la tarea se orienta hacia la organización de la información para su transmisión.
Dimensión didáctica: se refiere al tratamiento pedagógico del contenido. Dentro de esta categoría incluye la explicación de objetivo, las formas de presentación, el contenido, el uso de facilitadores del aprendizaje.
Dimensión ideológica: puede ser dividida en dos tipos de valoraciones: la que desarrolla todo usuario del material y la que llevan a cabo los analistas críticos; quienes revelan las concepciones subyacentes acerca del orden social y la visión del sujeto que todo texto incluye.
jueves, 2 de septiembre de 2010
La escuela y las nuevas alfabetizaciones
Lenguajes en plural
Algunos educadores encabezaron fuertes discusiones acerca de qué podía considerarse cultura y qué quebrada relegado a lugares menores y despreciados, qué expresiones escritas, visuales o sonoras podrían introducirse en la escuela y podían ser parte del trabajo escolar, y cuáles no. Esa escuela fue autorizada en determinados saberes, voces, expresiones y lenguajes y decidió dejar afuera otras formas culturales que luego la historia fue incorporando dentro del canon de cultura legítima.
El surgimiento mismo de la escuela se consolidó en torno a las tecnologías ligadas a la lectura y la escritura disponibles a fines del siglo XXI: el libro, la pizarra, el pizarrón, el cuaderno, el lápiz. Como muchas de estas prácticas y tecnologías venían de lejos, se favoreció una idea de inmutabilidad de los saberes y undireccionalidad de su enseñanza. Cabe plantearse si es la misma enseñanza la que debe desarrollarse cuando se trata de trabajar con pantallas, a veces muy pequeñas, y cuando las tecnologías se transforman radicalmente.
Se plantea que hay que repensar el lugar monopólico de la escritura en la transmisión de la cultura. La escritura es un “modo de representación”, es una de las formas en que los seres humanos construimos el sentido sobre nuestra experiencia y nos comunicamos. La escritura es un modo importantísimo de representación y su aprendizaje es difícil, debe ser eje fundamental de la escolaridad; pero no es necesariamente cierto que es el más completo o el que debe “dominar” a todos los otros, que incluyen a la imagen, el sonido y el lenguaje gestual o corporal. Esta jerarquización excluyente de la escritura más bien habla de una sociedad que valora y jerarquiza ciertas prácticas sobre otras, y que desprecia otras formas de comunicación y de saber. La escritura requiere una inducción larga y cuidadosa en sus reglas y formas de procedimiento y la escuela sigue siendo el mejor lugar para hacerlo.
La alfabetización como metáfora habla de nuevas alfabetizaciones, alfabetizaciones múltiples o alfabetizaciones emergentes, requiere discutir también si vale la pena referirse a esos nuevos saberes en los mismos términos que las alfabetizaciones clásicas. Algunos autores señalan que no es conveniente usar el término de “alfabetización” como metáfora. Kress destaca dos razones: por un lado, que esta extensión provoca una extensión de los supuestos y prácticas de la lectura y de la escritura a otras formas de representación, lo que no necesariamente ayuda a ver las profundas diferencias que las estructuran; por el otro, denuncia una especie de “colonialismo cultural” que está dado por la extensión del uso anglosajón de literacy a otros contextos en los cuales las nociones específicas no se adecuan demasiado.
Buckingham señala que la alfabetización hace referencia a la posibilidad de acceder a un código o lenguaje y también de comprenderlo y usarlo creativamente. Podrían estructurarse contenidos interesantes y relevantes que aporten a la formación intelectual, ética y estética de los estudiantes.
Es fundamental enseñar la noción de red y su extensión en muchas actividades humanas, y ayudar a develar las jerarquías, desigualdades y subordinaciones que siguen operando pese a su apariencia horizontal e igualitaria. Seria importante enseñar sobre las transgresiones, sobre la creatividad y la productividad de muchos emprendimientos individuales o de pequeñas asociaciones que elaboran otras cadenas de noticias, o de solidaridades, o de creaciones artísticas o sociales. Podríamos proponernos estudiar con nuestros alumnos, con menos prejuicios pero sin celebrar acríticamente todo lo nuevo, qué emociones y sentimientos movilizan, qué sociabilidades se establecen, qué estrategias resultan exitosas y por qué, y qué otras formas de interacción podrían proponerse.
Es fundamental que las escuelas propongan una relación con las nuevas tecnologías de la comunicación y la información significativa y relevante para los sujetos que las habitan. Las nuevas alfabetizaciones deberían ayudar a promover otras lecturas sobre la cultura que portan las nuevas tecnologías, que les permitan a los sujetos entender los contextos, las lógicas y las instituciones de producción de esos saberes, la organización de los flujos de información, la procedencia y los efectos de esos flujos, y que también los habiliten a pensar otros recorridos y otras formas de producción y circulación. En la búsqueda de respuestas, seguramente la enseñanza se convertirá en algo más interesante y más valioso. Todo ello hace a la relación con el saber, con la lengua, con los otros, con el conocimiento acumulado; y hace a nuestro lugar en una sociedad humana que se forma de muchas herencias, lugar que debería permitirnos dejar una huella propia para que otros la retomen más adelante.
Según una encuesta realizada a docentes de nivel inicial y docentes de EGB, podemos decir, que la tecnología actual esta incorporada en la vida de los alumnos y debido a esto, el sistema educativo las va incorporando progresivamente como herramienta en el aula, ya que estas presentan variadas ventajas en el aprendizaje del alumno, el cual se adapta de forma muy ágil a éstas.
Sin embargo, por más que la institución posea equipos adecuados para que utilicen los alumnos, no siempre puede brindar este tipo de educación, ya que, al ser “nuevas tecnologías”, las escuelas no tienen docentes capacitados para transmitir estos saberes de forma idónea a los alumnos.
jueves, 12 de agosto de 2010
Ciudadania digital
Ciudadanía digital.
La construcción de cuidad bajo el espectro de la penetración de las TIC obligada a considerar aspectos como la propia construcción de los conceptos ciudadano y ciudadanía.
Ciudadanía: ejercicio de los derechos y los deberes dictados, implícita o explícitamente, por la cuidad. Todos comprenden en su base, procesos de relación y subordinación, procesos de comunicación.
Como casi todos los artículos de este espacio, se puede constatar que los procesos de comunicación son permeados por procesos de “tecnologización” o aplicación de herramientas tecnológicas en su mediación, lo que ha provocado, en parte, el surgimiento de las omnipresentes tecnologías de la información y la comunicación.
Digital es un adjetivo que adquieren los elementos que se representan mediante signos abstractos, que no tienen ninguna similitud con la realidad que representan. Para interpretar la información digital hay que conocer los códigos que especifican el significado de los signos.
Recibir la nominación de ciudad digital comporta superar problemáticas como la “alfabetización digital”, el desarrollo de “competencias en el manejo de la información” y “el uso de la tecnología para la construcción de cuidad”. La construcción de ciudades digitales surge de la propia sinergia de sus actores en la conformación de redes de ciudades. Estas redes, nacientes a partir de la investigación, de la necesidad de comunicación entre los ciudadanos digitales de cada ciudad-Estado.
En su identificación como ciudadano, establece relaciones con las diferentes instancias de gobierno, la administración y la comunidad en general, construyen el imaginario de cuidad. Se encuentra la sociedad 2.0, que si permite los procesos de comunicación e impacto directo entre el individuo y las diferentes instancias del gobierno. Así, encontramos páginas web desde las que cualquier ciudadano puede comunicarse con el Estado y sus instituciones. Dictan la esencia de una comunidad que se construye entre todos, comporta el placer de compartir, es de carácter horizontal, fomenta el crowdsourcng y la ética hacker. Algunas aplicaciones de la sociedad-web que fomentan la construcción del ciudadano digital son blogger, wikipedia, twitter, facebook y you tube.
El problema que surge de esta transformación hacia “lo digital” e identificación social. Somos tan digitales que nos olvidamos de ser humanos, y las reglas, las leyes y la interacción se reducen a eso. Alguien que desde algún lugar del mundo, entra en su cuenta de ahorros y sustrae todo su capital.
La formación de docentes atraviesa el problema de la consolidación de la autonomía y la posibilidad de condiciones de auto acceso a los medios tecnológicos. El rol del educador trasciende, la clase o asignatura, y fortalece la nominación de los “espacios académicos” como lugares dentro y fuera del aula, en cualquier parte de la ciudad, para desarrollar ciudadanía, para educar y “civilizar”.
Un estudiante que se forma para enseñar a otros, lo mismo que para ejercer su carácter del ciudadano, debe dominar nueve temas relacionados con el ámbito tecnológico de su práctica: etiqueta, comunicación, alfabetización, acceso, comercio y responsabilidades, legalidad, salud y bienestar, y seguridad digital. El desafío del uso de las tecnologías va más allá; es necesario pensar en reconstruir una nueva política para el uso público de la tecnología.